Jesús de Nazaret no fundó una religión. No instauró sacerdotes ni enseñó dogmas, ritos o cultos.
Jesús de Nazaret trajo hace 2000 años trajo la verdad desde el Reino de Dios: La enseñanza del amor a Dios y al prójimo, a los seres humanos, la naturaleza y los animales, la enseñanza de la libertad, de la paz y de la unidad.
Él habló del Dios del amor, del Espíritu Libre –Dios en nosotros. Las instituciones eclesiásticas han abusado y siguen abusando hasta el día de hoy de Su nombre y de Su mensaje liberador, apropiándose de ellos y cubriéndolos con dogmas, cultos sacerdotales y conjuros de condenación.
Ahora ha llegado el tiempo en el que el fatal fraude a la humanidad se pone al descubierto y Su mensaje del amor a Dios y al prójimo se va a liberar de los velos de la usurpación religiosa. Basándose en «El evangelio de Jesús», unos textos evangélicos apócrifos, Cristo mismo, a través de Gabriele, la profeta y enviada de Dios en nuestro tiempo, ha manifestado –explicando, corrigiendo y profundizando– la verdad: los hechos sobre Su forma de pensar y vivir siendo Jesús de Nazaret.